IPv6, Big Data, computación en la nube, Internet móvil, comunicaciones inteligentes, Internet de las Cosas, Smart Cities, aumento del tráfico de vídeo… las principales tendencias tecnológicas del momento personifican una Internet cada vez más potente, y al mismo tiempo más «hambrienta» de energía. Como si  fuera un adolescente en pleno crecimiento que necesita mucho alimento para poder hacer frente al «estirón» que experimenta.

Estas nuevas tecnologías y aplicaciones representan un considerable aumento del tráfico y del volumen de datos que viajan por la red. Con la necesidad creciente de que el soporte de esos datos, enormes servidores, disponga a su vez de más capacidad de procesamiento de esos datos y de su almacenamiento. Si Internet crece, y con él sus necesidades, todo lo que gira alrededor suyo también lo hace.

Internet crece y necesita más energía lo que se traduce en un aumento de los costes y del consumo energético. Este hecho, junto a la crisis económica y la urgencia de buscar alternativas a la energía proveniente de los hidrocarburos hacen que el concepto de la sostenibilidad se convierta en una de las tendencias más pujantes en todos los ámbitos, también en las infraestructuras de telecomunicaciones. Internet debe ser sostenible, su consumo debe ajustarse a sus necesidades, de ahí que la eficiencia energética se haya colocado en el «top 10» entre los asuntos a abordar por los poderes públicos, la empresa privada, los hogares, las compañías eléctricas y los operadores de telecomunicaciones.

La sostenibilidad es el equilibrio entre dos ciencias aparentemente «reñidas» pero que en realidad están íntimamente relacionadas. La economía por definición es la «distribución de los recursos», y la ecología se centra en la conservación y mantenimiento de los ecosistemas, es decir, de los recursos provenientes de esos ecosistemas y que se encarga de distribuir la economía. Utilizar de forma eficiente estos recursos repercutirá directa y positivamente tanto en uno como en otro ámbito.

Las soluciones de telecomunicaciones alrededor de estos parámetros de sostenibilidad y eficiencia energética se conocen con el nombre de Green IT o Green Computing. Las telecomunicaciones se encuentran en la situación de tener que resolver un problema que ellas mismas, con su evolución, han creado, la creciente demanda energética. Pero no todas las medidas deben venir de ellas, buena parte debe provenir también de los usuarios. De ahí que la empresa, al igual que el resto de usuarios, deben empezar a introducir la ecología en sus cuentas de resultados con el objetivo de buscar una óptima eficiencia energética. Que el consumo de sus infraestructuras de telecomunicaciones se ajuste a las necesidades de su negocio, con una reducción del consumo de energía y, por tanto, del coste energético.

Pero para abordar estos ajustes en nuestro negocio es conveniente contar con un socio especializado en instalaciones y servicios de telecomunicaciones. Una empresa con experiencia que sepa y sea capaz de instalar y diseñar soluciones para contener la temperatura de las máquinas, implantar sistemas de frío más eficaces, sistemas de alimentación con mayor rendimiento, entre otras medidas, que pueden hacer más eficientes los procesos empresariales a través de una infraestructura TIC «verde» en la empresa.

La inversión en Green Computing en las empresas se amortizará en función del ahorro de energía que la tecnología «verde» implantada consiga ofrecer al negocio. Hay soluciones capaces de reducir el consumo energético hasta un 70% sin afectar al funcionamiento de la infraestructura de telecomunicaciones corporativa, y que se amortizan en poco más de un año. Pero dependerá de cada empresa, de su negocio, de su organización, de su infraestructura y de la tecnología «verde» que quiera instalar, el nivel de ahorro que se puede alcanzar en cada caso.

Por ello, aconsejamos asesorarse por un servicio especializado de telecomunicaciones que sea capaz de abordar la eficiencia energética dentro de cada negocio en particular teniendo en cuenta todos los factores para optimizar la inversión.

Las empresas deben abordar cuanto antes medidas orientadas a la eficiencia energética a través de sistemas inteligentes que gestionen sus infraestructuras de telecomunicaciones de la manera más eficiente para no incurrir en gastos innecesarios en su negocio y oficinas.

Se trata, en resumidas cuentas, de no gastar más de la cuenta. Gastar sólo la energía que necesites, por economía y por ecología, dos muy buenas razones.