Ya pocos dudan de que el futuro de las telecomunicaciones pasa por la tecnología IP. Cada vez más empresas cambian la telefonía convencional por la telefonía IP o VoIP. Éste es el primer paso, el siguiente: la videoconferencia IP. Sin embargo, las necesidades de tráfico preferente de estas tecnologías exigen medidas para garantizar la calidad del audio y el vídeo en llamadas y videollamadas. Las tecnologías QoS acuden al rescate.

En la actualidad cualquier organización necesita optimizar su infraestructura de red para asegurar el buen funcionamiento de cada vez más servicios en un contexto tecnológico revolucionario. Y uno de los servicios más demandados son las comunicaciones IP que necesitan nuevos requisitos de red.

Cómo garantizar unas comunicaciones IP de calidad

La señal de telefonía IP y de videoconferencia IP puede verse afectada por diferentes factores:

  • La latencia o retardo de la señal. Las comunicaciones IP son servicios que no admiten latencia porque se trata de aplicaciones en tiempo real. Si la latencia de voz, en el caso de VoIP, sobrepasa los 250ms (milisegundos), la calidad de la llamada será pobre.
  • La pérdida de paquetes de datos (packet loss) a lo largo del viaje de la señal por una elevada tasa de error (no debe sobrepasar el 5%), o bien por la congestión del buffer de una interfaz, provocando el efecto de voces robóticas durante una llamada.
  • El jitter (audio de mala calidad). Al convertir la voz en paquetes de datos divididos que toman diferentes caminos entre emisor y receptor, pueden llegar a su destino de forma desordenada produciéndose el efecto de jitter, imposibilitando la comunicación, debido a que las velocidades de llegada no son homogéneas.

    Las tecnologías QoS actúan como un agente de tráfico priorizando el paso de llamadas IP y videollamadas IP para unas comunicaciones de calidad.

Las tecnologías de calidad de servicio (QoS, Quality of Service) están indicadas para resolver estos problemas y garantizar la calidad de audio y vídeo adecuada para mantener una llamada o videollamada en buenas condiciones. Su principal función es la de priorizar el tráfico en la red, así se puede dar más ancho de banda al tráfico más importante y ralentizar el que lo es menos.

VoIP y la videoconferencia IP requieren un mayor ancho de banda para una disponibilidad preferente en la red. Una de las soluciones «choriceras» más utilizadas en estos casos es la de aumentar el ancho de banda sin más precauciones. Sin embargo, las crecientes demandas de tráfico de red con la aparición de nuevas tecnologías como cloud computing, virtualización, comunicaciones IP… acompañadas de tendencias como la movilidad o BYOD hacen que el exceso de aprovisionamiento sin optimización de la red sea inútil para garantizar el buen servicio de estas nuevas tecnologías.

La optimización de las redes de telecomunicaciones empresariales pasa por QoS. Lejos de ser tecnologías de reciente creación, su uso está ahora generalizándose por las nuevas necesidades de globalización y la imperativa reducción de costes. Cada vez son más los productos de networking que incorporan características QoS. Anteriormente las funciones QoS se encontraban únicamente en routers y switches especializados para ejecutar correctamente y mejorar el rendimiento de la red, ahora proliferan en casi cualquier elemento de electrónica de red.

Con QoS es posible asegurar que el tráfico de VoIP y videoconferencia IP disponga siempre de la cantidad de ancho de banda necesaria cuando la red está congestionada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el volumen de tráfico de la videoconferencia es superior al de la telefonía. Para las llamadas IP es conveniente dejar a su disposición un 10% del ancho de banda, mientras que para mantener videoconferencias IP de forma simultánea se aconseja un porcentaje del 30% o más para disfrutar de este servicio en óptimas condiciones.


Anteriormente eran pocos y costosos los dispositivos de red con funciones QoS, ahora se está generalizando su inclusión con motivo de la aparición de nuevos servicios empresariales con base en Internet, como VoIP o la videoconferencia IP.

Lo más conveniente es contar con un integrador especialista, en caso de abordar proyectos de múltiples terminales, capaz de dimensionar y analizar las necesidades de transmisión, incluyendo protocolos específicos como T.38 para la conversión de señales convencionales analógicas a través de redes de datos.

Con una red interna optimizada y bien configurada, así como una conexión a Internet adecuada a las necesidades empresariales y una correcta gestión del rendimiento de la red, podemos disponer de una red capacitada para ofrecer servicios de comunicaciones IP de calidad y disfrutar de sus numerosas ventajas frente a las tecnologías convencionales.

Las comunicaciones IP necesitan una red capaz de garantizarles el ancho de banda necesario con prioridad ante otras aplicaciones empresariales de menor relevancia o urgencia. No hay que olvidar que se trata de servicios en tiempo real, no pueden esperar, no admiten latencia. La calidad de las llamadas y videollamadas dependerá de una infraestructura de red optimizada para garantizar estos nuevos servicios.

Querer disponer de los servicios de comunicaciones IP sin antes asegurar que disponemos de una red optimizada puede derivar en llamadas y videollamadas IP poco satisfactorias, frustrantes y finalmente desesperantes. Antes de implementar este servicio en cualquier organización es imprescindible evaluar el estado y capacidades de la infraestructura de telecomunicaciones corporativa para no llevarse ninguna desilusión, y sobre todo no desacertar una tecnología que puede aportar una importante reducción de costes cercana al 80%, además de disponer de presencia internacional inmediata.

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